
No hay medicina que pueda a mi curarme, solo la que tu me das.
Si no me das de lo tuyo empieso a desesperarme. No puedo ya disimular, te toco y empiezo a temblar, y empiesas tu a desnudarte me miras y me pides mas.
Sudados los dos, perdi el control. Me entrego y solo se, que te siento.